lunes, 24 de junio de 2013

Justicia mediática y corporación judicial: Dos formas de hacer injusticia

Una chica aparece muerta en el CEAMSE en José León Suarez, lo primero que dictaminan los medios de comunicación es que la desaparecida es Ángeles Rawson, de 16 años, y sentencian que fue amordazada, abusada y violada para luego ser llevada a la planta compactadora en Palermo, a escasas cuadras de su colegio y de su casa. La corporación mediática sentenció que este caso de inseguridad es “uno de los tantos que suceden en estos días”. Durante el transcurso de la aparición del cuerpo en la planta central del CEAMSE en José León Suarez hasta los resultados parciales de la autopsia, la corporación mediática encontró un sinfín de autores materiales del hecho, pasaron de acusar al padre, al padrastro, al hermanastro hasta el portero. La autopsia fue determinante, la corporación mediática mintió desde el primer tratamiento de la noticia hasta el último detalle. El cuerpo de Ángeles no poseía signos de violación ni abusos, si algunos apretones o hematomas, signos de haber estado amordazada. La pregunta que nos hacemos es ¿Por qué los medios buscaban hacer justicia por mano propia? La necesidad de la corporación mediática de “humanizar” la causa ante la opinión pública en la búsqueda incesante de culpables, con un mínimo chequeo de datos e información, lograron que después de casi 10 días de la aparición del cuerpo, nadie sepa a ciencia cierta que es verdad y que no en la causa. Como dicen los especialistas y criminólogos, el “cuerpo es el que habla”. Entonces, la corporación mediática jugó con el cuerpo de la menor de edad durante una semana haciendo suposiciones morbosas y crueles, y montando un escenario inverosímil al que ocurría en los pasillos de la Fiscalía y en los allanamientos. Ese escenario armado por los medios, por la búsqueda adictiva de rating y poder deja en claro que la información dada durante las 24 horas de noticieros carece de rigor periodístico, y roza la injusticia al poner en el banquillo de los acusados a personajes que no condicen con la causa. Ese mismo escenario trató el caso como un tema de inseguridad donde la adolescente fue violada y muerta por el azar de la sociedad violenta en que vivimos, y una vez, que las informaciones en los allanamientos decían otra cosa, daban el famoso “giro inesperado” hacia una caso de homicidio a raíz de una causa que todavía seguimos sin saber, pero que se empieza a presuponer que gira en torno de una asesino que conocía muy bien a la víctima. Es verdad que uno puede tener sentimientos encontrados y ver actitudes contradictorias en los principales acusados, pero eso no quita que los tiempos judiciales para el esclarecimiento del caso deban cumplirse sin que los medios jueguen con el cadáver de una adolescente de 16 años, que termino muerta por la compactadora de basura.  Estos medios de comunicación en bloque supusieron ser los jueces, los fiscales, abogados, psiquiatras y criminólogos de la causa, así como en otros aspectos de la vida social, política y económica del pais, los medios arman su agenda de la forma que a ellos les conviene para aumentar su rating, y jugar un rol de propulsor y formador de opiniones sociales.
En esa misma semana, donde la joven era manipulada por los medios como un caso de inseguridad, la Corte Suprema interpretó la Constitución Nacional y declaro inconstitucional e inaplicable la ley de democratización del poder judicial promovida por el poder ejecutivo. Lo más importante, lo que resalta del fallo de la Corte fue ese objetivo de condenar la voluntad popular del sufragio universal como una norma que no puede regirse para ese cuerpo. Esa búsqueda de atrofiar, de parar, de frenar, de oponerse, ya no depende solo de sectores de la sociedad civil como los medios, las organizaciones, los sindicatos, sino que ahora estos sectores encuentran amparo en un poder, con todo lo que indica un poder del estado, que es el encargado de administrar la justicia en la sociedad, mediante la aplicación de las normas jurídicas en la resolución de conflictos. De esta forma, la Corte en los últimos años, tuvo un comportamiento favorecedor a las corporaciones mediáticas y agro financieras, en declive del gobierno nacional. La lectura que uno hace del fallo de la inconstitucionalidad de la ley de democratización judicial es que lamentablemente la corporación judicial ha vencido. Esta corporación histórica de jueces en diversas instancias, amigos, y sobre todo, familiares que heredan el trono fue sucediendo de forma normal ante la impunidad que el cargo de honor le ameritaba. Pensemos que existen jueces que siguen funcionando desde la dictadura cívico-militar. Como bien dice Zaffaroni en su fallo en disidencia, "Es perfectamente posible que la elección por listas y por partidos políticos genere dificultades, pero también las ha generado la elección estamentaria, cuyas consecuencias están a la vista", Entonces, ¿Por qué no se va a apoyar la elección directa del Consejo de Magistratura a través del voto popular? ¿Por qué no se puede apoyar que miembros de la sociedad estén en ese Consejo? A partir de esto, no es raro pensar que esta corporación judicial falle en contra del gobierno nacional, en todo lo que ataque intereses corporativos. Zaffaroni trata que la independencia también dependa "de que el poder de presión interna del Poder Judicial, no sea ejercido por los órganos de mayor instancia, que es la esencia del concepto de corporación o verticalización”. Entonces, cuando el artículo 114 de nuestra Constitución establece que:
“El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, tendrá a su cargo la selección de los magistrados y la administración del Poder Judicial.
El Consejo será integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique la ley.”
¿Por qué la Corte Suprema la anula, tildándola de inconstitucional, y reniega la participación popular? ¿Por qué busca justificar la inconstitucionalidad a una acción democratizante que involucra a la sociedad en su generalidad? Es más simple de lo que supone, la corporación judicial respondió defendiendo su finca. De la misma forma que hay jueces en todas las instancias que favorecen a la corporación mediática, estos medios de (des)información dictaminan justicia a través de los noticieros las 24 horas del día, culpando al aire y en vivo, a quien se les cruce. Ambas corporaciones al colocarse a sí mismas como poderes independientes dan una semblanza de autoridad y objetividad, pero eso no quita la impunidad con que se manejan.
Esta corporación mediática y de jueces me hacen recordar al testimonio del vindicador anarquista Kurt Wilckens al hablar sobre los poderes de los políticos, empresarios y jueces, “él era todo: gobierno, juez, verdugo y sepulturero.”
@jmd1984

domingo, 23 de junio de 2013

El "nuevo Capriles"... Sergio Massa... (Por Argenleaks)

En un fin de semana tan ajetreado por la presentación de las listas para las PASO, veamos lo que escribía el gran Santiago O´Donell con respecto a Massa y sus ansiados encuentros con Vilma Martínez, embajadora de EEUU, con invitados de lujo.
 


 

 

 
 
 
 

jueves, 20 de junio de 2013

Basta de tolerar....

Te levantas cansado, como siempre. Desayunas lo que hay, prendes la tele y empieza el bombardeo. “Asesinatos, corrupción, crímenes, sangre, accidentes mortales y cortes de calles”. No se sabe nunca el cómo, el por qué ni el cuándo de todas estas situaciones, pero el fin ya fue logrado. Salimos de nuestras casas completamente angustiados  por  si algo de eso que pasa en la tele pueda pasarnos. El día recién empieza, vas en subte hasta el trabajo, calor, sindicalistas que aducen tendinitis, la tarjeta SUBE te indica cual es la fase siguiente del precio del boleto, o sea, sube el boleto. Llega el subte,  y te quedan solo dos alternativas: o te subís como una sardina más a la lata, o llegas tarde, perdes el presentismo y no vas a poder pagar la cuota de la heladera. No importa, la cuota de la heladera te obliga a subir a la lata que chorrea aceite en sabor de transpiración. Te pones a pensar que en el lapso de 5 estaciones, una mujer en el mismo lugar que vos podría sufrir 3 embarazos múltiples. Conseguir asientos en el subte a la mañana es una utopía comparable a tomar la Casa Rosada con un movimiento guerrillero urbano. A todo esto, ya estas transpirado, con las piernas contracturadas de bambolear con los avances y las paradas del chofer. “El día recién empieza”, volves a pensar. Al costado tuyo hay una multiplicidad de personas que aguantan lo mismo que vos, pero la única reacción masiva de los individuos que tenes a tu lado es la de colocarse el mp3 y poner música a todo volumen. La solución al problema colectivo es la respuesta individual, como si a un neurótico medicado lo quisiéramos calmar con un té de tilo.
 
Llegas al trabajo tarde como siempre, el jefe te sermonea como siempre, y la jornada laboral empieza. Lo único útil que vas a hacer en ese día es llenar formularios, casillas de Excel y formulas matemáticas para calcular porque a la empresa que representas todas sus deudas se convierten en fantásticos superávits, o porque los ejecutivos que viajan y gastan sin sentido  lujuriosos “service room” los manipulan en supuestas  acciones “salvadoras” que protegen a su empresa. Y vos seguís solucionándole la vida a unos parásitos que no entienden que cuando tu mujer esta embarazada y con complicaciones no podes trabajar tranquilamente, pero no te queda otra y disimulas buena cara; o como hace 7 meses atrás, cuando tu vieja se murió en una salita de emergencias, no podes ir al otro día a trabajar pero igual te fuerzan a ir a la reunión del “martes”;  así que no te queda otra y disimulas buena cara. Entonces, aguantas, y aguantas, y aguantas. No queda otra, hay que pagar nuestras deudas que lentamente se comerán nuestro cuerpo hasta que el stress contenido nos dictamine algo menor, ojala,  y no un accidente cerebro vascular o un ataque cardiaco como les pasa al resto de los “aguantadores”. La frase “y, todo bien…” se convierte en el cliché de tu vida, y la costumbre de aguantar se esconde por el autoengaño cotidiano. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar? ¿Por qué debemos aguantar? ¿Por debemos “tolerar” la “tolerancia”?
 
Siempre me pregunte que hubiese pasado si el Che hubiese “aguantado”, si se hubiese contenido. Creo que hubiese sido el mejor doctor de Rosario,  pero el mundo se hubiese perdido de su vida de lucha. Los grandes luchadores fueron grandes porque siempre creyeron que se podía cambiar cualquier estado de las cosas, que las cosas no son dadas, que no son como lo marca la realidad, sino que son dinámicas y pueden ser modificadas. Por eso, la realidad nunca puede ser una, la realidad nunca puede tener una parte, sino la realidad debe tener sus matices, sus intensidades, sus formas que siempre serán múltiples. ¿Por qué debemos “tolerar” que la única verdad sea la realidad? No existe una realidad como unicidad, porque si pensamos bien, la realidad no es solo una imagen fría y parcial, sino la realidad es una consecuencia de una construcción de hechos económicos, políticos, culturales y sociales. Pensemos la realidad como una fotografía, la realidad nos tiene que decir más cosas, no solo describir la situación, sino decir quién saco la foto, por qué se saco la foto, cuando se saco la foto, que esconde la foto, que muestra la foto, quienes participan y quienes no en la foto, etc. La realidad tiene que ser capaz de reconstruir esa imagen para atrás, y tratar de prever que pasa mas adelante. Ya sé, las predicciones se las podemos dejar a una bruja, pero por lo menos podremos saber cuáles son las alternativas posibles a partir de esa foto de la realidad, que no es más que una construcción económica, social, política y cultural en un momento histórico.
 
Por ese motivo, hay que partir de romper con las frases tradicionales que la sociedad tiene arraigada inherentemente ya que eso significa romper con la idea de que la vida social debe ser comprendida en el marco de la tolerancia. Pensemos que la intromisión de la “tolerancia” en la vida social tiene un doble efecto: primero, amansar a las masas populares condenándolas a su condición social, sin posibilidad de escalar ni rebelarse. Hay que tolerar a los que tengo arriba mío. Segundo, la “tolerancia” viene a reemplazar la “cooperación”. Si pensamos bien, la “tolerancia” es para sujetos desiguales e inclusive opuestos, el pobre debe “tolerar” a que el rico no pague los impuestos sin poder hacer nada, pero el rico nunca “tolera” al pobre, no quiere su ascenso, lo prefiere siempre bruto y condenado a servirlo hasta el punto de desecharlo si consigue otro más pobre para hacer lo mismo. En cambio, la “cooperación” es para sujetos iguales, supone un fin mayor, todos los iguales por un mismo objetivo. Todos los pobres  unidos para conseguir mejores salarios o mejores condiciones laborales, por ejemplo. Unidos y organizados por un fin en común.  Esa es la clara diferencia. Seamos cooperativos, nunca más toleremos nada.