jueves, 29 de agosto de 2013

Revival de los 90s

Con este título, no quiero recordarte sobre como jugar al paddle, ni explicarte cual era el mejor champagne para comer con una pizza, ni tampoco voy a rememorarte una agencia de viajes que tenga vuelos con escala directa a Miami. Tampoco quiero hacerte creer que el River de Ramón con Crespo, el Enzo, Ortega, era mejor que el Velez de Bianchi o el Boca de Tabarez. Ni mucho menos te voy a decir que te quedaba linda la remera fluorescente de Fido Dido con el walkman. Lo que me interesa decirte es porque el discurso de los 90s estas cada vez más consensuado en nuestra sociedad y como algunos actores políticos y económicos nacionales e internacionales intentan fomentarlo en la Argentina del 2013 a todas las escalas.


Como siempre venimos diciendo, la batalla sigue siendo cultural. Los discursos escuchados en los principales referentes de la oposición de derecha nos dejan entrever esta misión mesiánica de volver al sector privado lo que era del estado. Y lo que sigue en manos privadas, entregarla en forma directa a sus representantes de los lobbys económicos históricos.
La “esperanza blanca” de estas elecciones se convirtió en el Intendente de Tigre, Sergio Massa, que buscaba posicionarse como una figura no confrontativa, de ideas a futuro, y pensamiento positivo. La charla dada en el corazón de Recoleta, en el paquete Hotel Alvear ante la Sociedad Rural, los Blaquier, los Werthein (Telecom), los Ratazzi (Fiat), los Lopez Mena (Buquebus), los Fargosi (Bolsa de Comercio), los Mendez y De Mendiguren (UIA) mostraron la hilacha de la futura política económica del Intendente como próximo administrador de intereses ajenos. 
“Yo creo que no hay que montarse tanto en cuestiones ideológicas y quedarse con los valores” comenzó el Intendente ante las sonrisas de un centenar de empresarios. Apenas dicho esto conjeturo que nuestro país fue ingenuo al no tomar deuda en un marco internacional donde los créditos estén baratos. Se olvidó de opinar sobre las tasas de interés (en nuestra deuda externa, los intereses contraídos de forma usuraria e ilegitima representaban la mayor proporción a pagar) y de las presiones fiscales y monetarias que imponían los organismos internacionales de crédito en las políticas económicas de las naciones subdesarrolladas. Se habrá olvidado, o simplemente dijo lo que los asistentes querían escuchar. Si pensamos que un país que tiene niveles altos de reservas en el Banco Central , que la deuda por PBI ha bajado del 150% a menos del 10% del PBI, y que posee un sistema de capitalización importante y seguro, y conjeturar que la solución es tomar deuda por parte de los mismos organismos de créditos internacionales, es que el plan económico de Massa, nos está tomando como ingenuos, o como mínimo, nos está dando la prerrogativa de que las reservas se van a usar para pagar más intereses sobre créditos. Y olvidarse de las inversiones sociales de los planes y las inversiones importantes en infraestructura. En este esquema,  Redrado, principal asesor económico de Massa, sigue con la misma matriz de pensamiento desde sus días en Harvard y como asesor en las privatizaciones de los 90s donde era el “Golden Boy”.
 
 
Massa cree asimismo que la confiabilidad del país está muy baja, y que las inversiones extranjeras no se sienten atraídas. Pensará que Chevron es una empresa nacional. Por eso el Intendente cree en que tomar crédito afuera permitiría aumentar esa confianza. Siempre los neoliberales con esa necesidad inconsciente de como se ven el exterior; si son bellos, rubios y altos, mejor. La entrada a ese círculo vicioso de pedir crédito-endeudarnos-pagar intereses usureros-imposición de políticas liberalizadoras de mercado, nos hace devolver nuestro futuro a los noventas. Esos noventas que lograron que el sistema jubilatorio privado juegue con los haberes de millones de trabajadores en la timba financiera en manos de uno de los principales grupos económicos, el Grupo Clarín, en desmedro del sistema estatal. No es raro entonces, que el Grupo Clarín muestre al Intendente como el “único presidenciable” en el arco opositor.
Este intento de retorno a los 90s no solo está tratando de ser implementado por Massa, la puja por convertir a nuestro país en un paraíso para pocos lo compite, desde el centro del porteñaje, el otro Intendente, Mauricio Macri. El Intendente porteño busca convertirse en la figura que devuelve el orden financiero a nuestro país a través de las “re” privatizaciones. La misión política que busca conseguir, una vez fuera presidente, es realizar el mismo acto que Massa, devolver a las manos privadas lo que era del estado. Macri, pero de forma más directa y clara que su contrincante tigrense, quiere volver a reprivatizar el sistema jubilatorio, quiere volver a reprivatizar Aerolíneas Argentinas, quiere volver a reprivatizar una de las principales fuentes de ingreso que supo codiciar el Grupo Clarín en los 90s como la televisación de los partidos de futbol y el automovilismo, hasta busca privatizar el alquiler de las bicicletas otorgadas gratuitamente por el Gobierno de la Ciudad. Macri tiene la mirada fija en condicionar al próximo gobierno de la Ciudad ya que la deuda porteña se cuadruplico en tan solo 4 años. A partir de 2007, la Ciudad debía 1.800 millones de pesos, en 2012 la deuda llego a 6.400 millones de pesos; un 57% de aumento en un periodo de gobierno. Inclusive, en el único presupuesto que no se presentó como deficitario que es el de este año, armo un “impuestazo” que estamos sufriendo: aumento de ABL, aumento de Ingresos Brutos, aumento de impuesto al sello, hasta subió los pasajes de subte. Que el déficit lo paguen los porteños.
Sin necesidad de pedir autorización al gobierno nacional, el Gobierno de la Ciudad emitió bonos a mansalva, estimados en unos 1.400 millones de dólares.  La pregunta: ¿para que los uso? Quinientos millones de dólares (300 para pagar vencimientos de deuda y 200 para "obras varias"); 300 millones de dólares para extensión de la red de subtes; 220 millones de pesos para camioneros por la continuidad del contrato de Higiene Urbana; y 100 millones de dólares para el Metrobus. En fin, endeudamientos para pago de intereses y deuda, obras menores y no prioritarias. De esta forma,  el endeudamiento es la política económica guiada por el gobierno macrista, donde el otro financia a los pocos en desmedro de todos.  
De la misma forma que Massa tiene su Redrado, Macri tiene su Sturzenegger.  Federico Sturzenegger, futuro ministro de economía de un virtual gobierno nacional macrista, posee los mismos antecedentes, o prontuarios digamos, que Redrado. Jefe en el asesoramiento económico en YPF entre 1995 y 1998, años del saqueamiento.  Secretario de Política Económica en el 2001, año de la caída y el recrudecimiento de mantener el modelo neoliberal a costa de los ahorros de los ciudadanos.

Es más, hoy día podemos ver cuál sería el primer objetivo de un futuro gobierno nacional macrista: Devaluar la moneda  nacional. Sturzenegger no se puso colorado cuando tuvo que decir que en este escenario financiero lo que habría que hacer es devaluar el peso entre un 30% y un 40%. Atacando directamente el bolsillo de la clase media y trabajadora, ya que el principal afectado en una devaluación es el sueldo fijo del trabajador. Tus pesos que hoy cobras, con una devaluación de la moneda nacional, salen menos. O sea, si cobras $5.000, restale un 40%, y ahí tenes cuanto termina valiendo tu sueldo. Lo que propone el gobierno macrista es que pierdas el poder económico de tu bolsillo, y que encima, quiten los planes sociales y de asistencia a la población más pobre. O vos crees que un gobierno que quiere devaluar la moneda nacional, ¿va a mantener un plan asistencial?

Ambos, Sturzenegger y Redrado son los hijos del neoliberalismo, son los hijos del pensamiento anti estatista donde la intervención del estado lo único que hace es complicar los negocios para los actores políticos y económicos  históricos que lograron ganancias extraordinarias mientras la mayoría del pueblo reclamaba y luchaba por un pedazo de pan y un trabajo digno. O peor aún, son los mismos que piensan que el estado solo debe meterse en el mercado financiero para salvaguardar las empresas sin importar que sean nacionales, multinacionales y que hayan defraudado impositivamente al país. Ambos son los ingenieros ejecutores del futuro saqueamiento de los derechos sociales, económicos  y políticos conseguidos tras 10 años de políticas inclusivas. Creo que la lucha sigue siendo cultural, porque los resabios del consumismo menemista siguen vulnerando la mente del argentino medio y la cultura del consumismo y el individualismo heredado choca de frente contra la lógica de la militancia de base. Tras 10 años de construcción, no deberíamos dejar que destruyan como quieran los derechos adquiridos. Como decía mi abuelo, con un pico y una pala podes construir o destruir una obra.

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